(Sobre el espectáculo El Marinero del grupo Comedia Nacional de Nicaragua en homenaje a Socorro Bonilla Castellón)
Por David Rocha
Marinero de rostro oscuro, nunca
me digas dónde voy ni cuándo llego:
Qué son ya para mí, ruta ni hora…!
Serás como el destino, mudo y ciego,
cuando yo, frente al mar, los ojos vagos,
de pie en la noche, sienta una ligera
y lánguida emoción por la lejana
playa desconocida que me espera…
Dulce María Loynaz
Caminar por el centro de la vieja Managua para mí siempre es una experiencia melancólica, a cada paso que doy escucho el murmullo de sus gentes en la Avenida Roosevelt. Imagino el antiguo cine Teatro Salazar, la fila en la entrada del Cine González, el letrero del cine Margot encendido para anunciar la tanda de esa noche y las voces líricas en las zarzuelas del escenario del Teatro Variedades.