(Sobre el espectáculo El misterio de la mujer del grupo Skuc Teatro de Eslovenia)
Por Zoa Cuellar
"Una verdadera concepción de la relación entre los sexos no debe admitir los conceptos de conquistador y conquistado; debe suponer sólo esta gran cuestión: darnos sin límite con el objetivo de hallarnos más ricos, más profundos, mejores. Sólo esto podrá llenar el vacío y transformar la tragedia de la emancipación de la mujer en una dicha, en una alegría ilimitada."
Emma Goldman (1906)
El misterio de la mujer, monólogo escrito por Tamara Doneva, toma como punto de partida la correspondencia personal de Zofka Kveder, escritora, editora y principal antecedente de la literatura feminista eslovena.
Este monólogo, interpretado por la actriz Vesna Jevnikar, nos sumerge a lo más íntimo del personaje, a sus misterios, sus contradicciones, sus desamores, nos conduce a lo más honesto de sus pensamientos.
La estructura de la obra se configura por varias escenas cortas, este diseño de escena hace referencia a la primera publicación de Zofka, un libro de cuentos cortos titulado “El misterio de la mujer”, que problematiza sobre el papel de la mujer en diferentes facetas de la sociedad.
Las escenas se dividen visualmente por diferentes retratos que se proyectan al fondo del espacio y exponen imágenes de la vida personal de Zofka. En la escena, casi desnuda, se encuentra sólo un buró y una silla, allí se desarrolla toda la acción. Vesna caracteriza, desde una delicada utilización de la gestualidad, a una Zofka hierática que se debate, a partir de la muerte de su hija Vladosa, entre lo que quiso de su vida y lo que realmente logró en ella, su defensa de una nueva mujer la inducen a cuestionarse sobre sus ideales y la ponen al límite de su declive.
La escena desprovista de elementos subraya la soledad de este personaje y la presencia del sonido constante de un segundero nos recuerda el tiempo que ha transcurrido y el vacío que deja sin poderse llenar.
Esta puesta en escena, dirigida por Alen Jelen, contiene una incisiva y premeditada condena a las concepciones ideológicas sobre la mujer a partir de sus “misterios”, y que toma a Kveder como figura para dialogar con el espectador sobre una realidad que aún mantiene como premisa fundamental que “lo más importante en la vida es tener unas buenas piernas y medias de seda”.
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